domingo, 30 de noviembre de 2014

Destino prometedor

Vives en el Olimpo
de las diosas,
entre fantasías
que son reales
para quienes creemos
en el amor.

Haces todo lo posible:
lo consigues
con naturalidad.

Continuas
con reflejos
que aminoran
las distancias que antes fueron
las opciones decisivas.
Ya son la estructura misma.

Has sido, eres,
ese portento que dignifica
cuanto tuvo sentido
en un universo de creencias
en lo auténtico,
en la propia verdad,
que nos lleva
con mitades que completamos.

Has subido
a la cámara de la misión perfecta
por cuanto ocurrió de bueno.
El amor se ha incrementado.

Nos hemos adecuado
a los niveles de antaño,
y parece como si hubiera pasado
el tiempo del deseo,
pero no, ahí se mantiene.

Eres una diosa:
me haces sentir tan mortal
como dichoso,
y con un destino sumamente prometedor.
¿Estamos de acuerdo?

Juan T.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Hacia tu Luna

Voy hacia tu Luna.
No te muevas,
que marcho ya.

Nos veremos
en el primer recodo,
con inventivas de presente,
con reformas profundas,
con intereses compartidos,
con astucias que darán
lo más honroso y honrado.

Voy rápidamente,
desde la quietud de la noche
estrellada, casi perfecta.

Nos daremos un abrazo
que justificará instantes de espera,
donde la fe en el mañana,
ya hoy,
fue el mejor presente,
conformado entre dunas
de un desierto cubierto de lluvia.

Ha llegado el momento.
Los astros se han aliado
y confluyen en este encuentro
de novedades y memorias.
Voy hacia tu Luna,
la mía ya, con tu permiso.
Percibo que ilumina un poco más.

Juan T.

Se repite el milagro

Convirtamos
la vida en esencia
con la que endulzar
cada día, cada segundo.

Sepamos la gloria
que nos estremece
con cargas que nos llevan
donde la consideración
es estímulo,
o recuerdo, o verdad,
o todo lo contrario.

Estrechemos los lazos
de la amistad
con la que creceremos
ante un uniforme
de gloria y de bendición,
que nos atrae,
que nos prefiere,
que nos deja donde toca.

Demos con las intenciones
que nos ubican
donde la querencia tiene
parte de su sentido,
y puede que algo más.

Hablemos de sentimientos de estima,
y pidamos todo lo necesario
para que se multipliquen.

El milagro se repite.

Juan T.

CRECER

Todo en la vida es desarrollo, lo percibamos o no. Nada permanece quieto. La detención es mala señal, aunque toda norma tiene su excepción. Lo que se estaca acaba pudriéndose, aunque su aspecto externo sea de algo digerible o precioso. No lo es. Esta aseveración nos vale como analogía para cualquier comportamiento o tramo existencial. La pretensión diaria ha de enfocarse para nutrirnos y elevarnos desde la búsqueda, al menos, de la mejoría sustancial.

Hemos de considerar el día a día como un intento de crecer. Debemos procurar tener más altura, y no en el sentido literal, sino en el afán de perseguir más y mejores perspectivas. Hemos de procurar desde el mismo amanecer cumplimentar las esperanzas, que han de servir de nexo para llevar a cabo las iniciativas que nos permitan encandilarnos con la felicidad y avanzar en lo sustancial, en lo que nos promete resultados interesantes y fructíferos.

Las constantes que nos mantienen con ilusión han de estar en el frontispicio de cada jornada, mientras hacemos y/o anhelamos realizar cuanto nos proporciona equilibrio y mesuradas respuestas a las diversas cuestiones, a veces muchas, que nos plantean los derroteros cotidianos. Los procesos están ahí: los ritmos penden, en parte, de cómo los afrontemos.

Incrementemos las dosis que nos introducen el virus de la jovialidad, que indudablemente nos amansa, nos hace tolerantes, al tiempo que nos procura ópticas para manejar intenciones y hechos, y para contemplar con los cristales de la emoción y la razón relativas, nunca absolutas. No vivamos, por ende, en la esquizofrenia, en el absurdo, en la crisis de valores que nos trastoca el alma y nos deja flojos, vacíos. El peso de la división es excesivo.

Podemos llevar a cabo más opciones de las que manifestamos en nuestro deambular. Consultemos con entereza las preferencias con las que transitamos para conseguir que haya unas constantes en los progresos societarios de toda índole.  La suma nos vale, la multiplicación igualmente, sin olvidar las intenciones más o menos consideradas o considerables. Pongamos las necesidades donde corresponda, y, por supuesto, también las implicaciones. Incrementemos la voluntad.

No basculemos inútilmente, ni detengamos las expresiones de bondad con las que animarnos cada vez que podamos. La historia personal es un cielo estrellado que hemos de otear y admirar a la vez, porque, mientras practicamos la docencia, que es por y para siempre, debemos “empatizar” con las magnificencias humanas, que las hay. Somos, como entes de esta Creación, solidarios, altruistas, cooperantes, buenas gentes en definitiva. Hemos de procurar el factor sorpresa como acicate ante las rutinas, nada apetecibles.

Sin miedo

No tengamos, asimismo, pavor a equivocarnos. Crecemos, y mucho, con los errores, de los que aprendemos más que de las omisiones, poco edificantes en un mundo que debe alardear de comprobar y de progresar, pero jamás de no hacer. Los intentos miden nuestras valentías y nos dan un coraje que aguanta ante tempestades. Somos más sólidos de lo que meditamos.

Sepamos juzgarnos por las capacidades, por las destrezas, por las experiencias, que se podrán emplear en todos los territorios, desde el económico al cultural, desde lo nimio a lo más relevante. Hemos de cultivarnos con recurrencia las almas, así como los perfiles físicos, que se han de acompañar de la pretensión de equidistancia, por la que hemos de apostar.

La vida es un eterno camino en el que hemos de escoger y de tomar las máximas verdades y esencias para propiciarnos el contento desde el fomento de la sabiduría y actuando en la medida de nuestras posibilidades. Intentemos cada minuto ser dichosos. No estamos obligados a más, pero tampoco podemos consentir menos.


Juan TOMÁS FRUTOS. 

SENTIR

Cada cual "enruta" la vida hacia donde Dios le administra, o el Destino, o quienes le rodean, o él mismo, o mediante una conjunción de todo o de nada. Sea como fuere, somos dueños de nuestros actos, que obviamente se entienden en un contexto y en unas circunstancias determinadas y determinantes.

Entre las opciones vitales se halla la de buscar la medida entre el hablar y el hacer, entre el sentir y lo racional, entre los excesos y quedarnos cortos. Es lógico que haya un poco de todo, incluyendo situaciones extremas, pero por lo que hemos de apostar, indudablemente, es por una línea regular y por un trasiego lo más feliz posible para nosotros y para todos, sin exclusivismos.

Hemos de intentar que en toda ocasión los sentimientos definan lo que los expertos llaman el "ajuste fino". Ante cualquier vacilación, como diría El Principito, busquemos los caminos que sólo conoce el corazón. Nos descubrirá incluso "objetividades" que creíamos olvidadas.

Aute y, antes que él, Quevedo nos recordaron que somos "polvo enamorado". El sentimiento bien llevado es la muestra de nuestro amor. Sin él somos vacío. Como se lee en Las Sandalias del Pescador, de nada nos sirve hablar todas las lenguas del mundo si no tenemos caridad, si no amamos al prójimo como a nosotros mismos, esto es, a la par. Ningún compromiso individual existe sin la mirada colectiva.

Todo es fruto del amor, de sentir en positivo, de considerarnos desde esa perspectiva, que amansa y mejora nuestro estado personal y nuestras relaciones y comunicaciones internas y externas. Por lo tanto, en el comienzo de un nuevo día reiteremos nuestro compromiso con saber y propiciar ese sentir que nos demostrará, porque así será, que estamos vivos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Buenos sueños

Podemos vivir de la mejor memoria, la que nos hace compartir las apariencias convertidas en realidad. Nos hemos de atender con "distingos".

Prefiramos entre consentidas caricias que nos deben dar la parte más proporcional, la que nos admite y permite dar con los "trasiegos" más queridos. Supongamos y expongamos.

Los ideales han de traer los mejores compromisos, que han de liderar las posturas y las plantaciones en busca de las más fructíferas cosechas.

Posibilitemos el mundo con más universos, con todos los posibles; y solicitemos las respuestas que nos darán el suficiente empuje.

Miremos el lado amable, el positivo, el que nos permite seguir con honorabilidad. Hemos de intentar lo más destacado con intenciones cuajadas de buenos sueños.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Lo mejor de mí

Representas
lo mejor de mí,
y por eso me enamoro
de cada día que me participas:
soy tuyo
con honores y glorias
compartidas, únicas,
en la realidad de una coyuntura
colmada de voluntades.

Has consolidado
lo más lindo, lo hermoso,
lo que nos viene
con una representación casi perfecta.
El cariño todo lo oferta.

Nos iremos consumando
en las caricias
que nos dictarán
lo que podrá quedar
en la memoria:
puede que sea mucho más.

Hemos averiguado
los confines
de una disertación que despierta
cuanto fuimos
y algunos otros porqués.

Representas
todo lo bueno,
lo que es óptimo para mí
por tu hermosura confeccionada
desde dimensiones
estimulantes, que ilusionan.

El día comienza.
¡Vamos por él!

Juan T.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Gracias sensacionales

Cooperemos con el control mismo, con colaboraciones que nos han de atraer para dar con los conceptos más cumplidos.

Hemos de declarar el amor como base que fomenta la mejor altura. Nos hemos de propiciar sin exigencias. Cargaremos con los cumplimientos más distinguidos.

Hemos diseñado la ilusión con un placer aplicado. Siempre nos hemos declarado con recuerdos que andan en pos de las caricias con las que incrementamos los pensamientos más hermosos. Seguiremos.

No luchemos contra el futuro. Seamos sus aliados. Hemos de poder en las noches que nos trasladan a los sueños que convertiremos, juntos, en una situación estructural.

Debemos abrir las cajas de las mejores propuestas con ideales que nos han de permitir cosechar las gracias más sensacionales. El día es amor, todo nuestro, compartido, pero nuestro.

Juan TOMÁS FRUTOS.

El día es para amar

Gestionemos el amor
para que no falte,
para que tenga calidad,
para que ilumine el día,
para justificarnos
con las mejores explicaciones,
que nos darán un toque mágico.

Amasemos las emociones
con unos datos y premisas
que nos han de colocar
donde las caricias
adquieren sentido
con idealismos consentidos,
creados para amar
y ser amados.

Todo lo que hemos hecho
tiene sus criterios de cariño,
que nos rozarán
para convertirnos
en lo óptimo, en cuanto es señero,
desde ilusiones
que extenderemos para recrearnos
en todo aquello que adquiere dimensión
y gusto, realeza incluso.

El día es para amar.

Juan T.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Más personas

Ama
por encima de deseos nimios,
vacíos, superando las apariencias,
e intenta ser feliz
haciendo dichosos a los demás.

Estima
lo que tiene sentido,
lo que no, lo que es intangible,
las superficies y las materias
de todo género
que nos indican
los motivos reales
con los que andamos en la jovialidad,
que todo lo ampara y defiende.
¡Es una suerte!

Sé tú mismo,
la primera vez y la última,
otorgando beneficios orgullosos
de formar parte de la Humanidad,
que nos consiente y anhela.

Nos conservamos estupendamente,
y somos sin vacilaciones.
Gracias al amor
estrechamos el cerco a lo negativo
y nos hacemos más cariñosos,
más personas.

Fomentemos la bondad:
los resultados están garantizados.

Juan T.

Aprender de un lugar a otro

Hemos de agudizar el ingenio con las palabras que nos defienden con impresiones que son y serán con consejos de superación absoluta.

Nos debemos a esos universos que plantean intereses compartidos, con los que hemos de viajar hasta el inicio del mismo mundo en el que somos diestros.

No hemos de separarnos de los enlaces de la memoria que divisa las palabras con las que nos aclaramos en millones de casos que son etapas para aparecer entre luces que nos caracterizan desde las vías que hemos de utilizar.

Las emociones nos deben llevar por los consejos más hermosos, que han de ser en la vida eterna. Nos daremos entre consultas transparentes.

Las clases que nos permiten aprender nos han de llevar por las sendas de las mansas caricias con las que cabalgamos de un lugar a otro.

Juan TOMÁS FRUTOS.

martes, 25 de noviembre de 2014

Anhelos de calidad

Nos decimos
que nos amamos
y lo demostramos cada amanecer.

Hemos de llamarnos
con un silbido
de pronósticos queridos,
llegados desde el deseo
que multiplicamos
hasta decirnos
que hemos de parar
con garantías de felicidad,
que cultivaremos
iniciando el trecho del placer.

Nos afirmamos
en la realidad que nos aclara
lo que podremos ser
en esa noche que nos caracteriza
con documentos únicos.
Se nos oye.

Somos en la entrega excepcional,
en la jornada completa,
a todas sus horas,
con recargas y avances
para ser diestros.

La calidad y los anhelos
aguardan de nuevo, y nos dan
lo que necesitamos.

Juan T.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Se quedará la esperanza

Me deseas
con todo tu ser.
Lo percibo,
y trato de corresponderte
entre las distancias
generadas por la historia.

A la conclusión de la noche
todo comenzará de nuevo,
y ahí estaremos los dos,
tú y yo frente al destino
que habremos labrado
de manera conjunta.

Me anhelas sin recelos,
aunque sí con silencios,
que ya entiendo;
y sigo por esos escalones
que saben a querencia ideal.

Hemos llegado
a un punto que nos impele
a recomenzar, a conquistar
lo que tiene interés
e incluso aquello que no.

Me deseas:
conoces que yo ansío más que tú
que venga la noche
para soñarte.

La esperanza se ha ido
en demasiadas ocasiones.
Pronto, confío, se quedará,
y tú con ella, claro.

Juan T.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Pinta bien el día

Procuremos vivir en paz, compartiendo cuanto somos, en la distancia y en la cercanía, adelantando los pasos para que se entiendan, siendo nosotros mismos, viviendo.

La realidad nos debe llevar por los caminos más sensatos, por la serenidad, por los elementos que consideramos básicos, con conceptos no vencidos.

Supongamos y expongamos lo mejor de lo mejor con un trato de pacientes querencias. Las existencias se han de completar.

Todo lo tenemos por delante, y todo ha de ser en la misma noche que nos acompaña. Nos pondremos en marcha en cuanto pueda ser. Seguro.

Establezcamos las ocasiones para que los avances sean sustanciales. Hemos de pensarnos con alegría. No debe faltar tampoco el punto de justicia en nuestras vidas. El día, y así hemos de verlo, pinta bien. ¡Vamos por él!

Juan TOMÁS FRUTOS.

Amigos y maestros

Escuchaba el otro día en la radio que la vida es eso que pasa mientras hacemos planes. Por eso, quizás, no me gusta hacer planes, aunque luego, como a todos, me encantan que salgan bien. Supongo que es la contradicción en la que vivimos la mayoría. En todo caso, sí que me complace anticiparme y diseñar un modo de existencia con el fin de desarrollar aquello en lo que creo y de intentar, en paralelo, que la felicidad nos alcance de la manera más plena posible, al menos en lo que pende de nosotros.

Igualmente, la vida, si bien no siempre la percibimos de esta guisa, es ese cúmulo de amigos, de gentes que nos quieren, que nos ayudan con sus acciones, con sus complicidades, a que todo discurra un poco, o un mucho, mejor. Junto a ellos están los maestros, pocos, que nos inculcan valores y hábitos, destrezas y aprendizajes con los que nos comunicamos y cabalgamos en singular singladura por toda clase de caminos, que hemos de procurar que sean beneficios sin hacer daño a nadie.

Anoche decía en Cartagena que he tenido suerte, verdadera fortuna, con los compañeros de viaje. Sí que la he tenido. Como todo hijo de vecino he debido lidiar con personas poco edificantes, pero hasta en eso ha jugado fuerte el azar: se han ido poco a poco buscando alimentos inmediatos en otra parte y dejándome cada vez más libre. No se ha producido, pues, fricción, sino liberación.

Y reconozco, asimismo, mi tesoro existencial por los maestros que me ha brindado el porvenir, que con generosidad y devoción me han ofrecido conocimientos, respeto y buen hacer. Como le decía a Marcelino, incluso en el silencio he aprendido de ellos, por lo que han ocasionado en concordancia con lo referido, por sus hábitos y composturas, por ser, fundamentalmente, buenas personas.

Con esta meditación hacia ellos, los maestros, y también a los amigos, comienzo el día dándoles las gracias y resaltando que, sin ellos, nada sería igual. La jornada va por vosotros. ¡Buenos días!


Juan Tomás Frutos.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Otra vez

Vamos otra vez,
y dime,
y sigue,
y construye esa realidad
que diseña


el espacio de una virtud sugerente.

Vamos otra vez,
y dime que es el día.
No te defraudaré.
Hemos descifrado
las causas y los datos
de un panel que llenaremos
juntos cada día.

Claro que vamos:
otra vez.
En esta ocasión no fallaremos.

Juan T.

No esperemos

Dibuja el mejor plan,
y cólocame como protagonista.
Poco a poco me iré ganando
el papel estelar.

No te defraudaré:
estaré a tu lado, empatizaré,
regaré las plantas
y no dejaré que el olvido
o la rutina nos canse.
Es un compromiso,
un pacto, un anhelo, una necesidad,
un aire de renovación.

Si me preguntan el porqué
diré que hay amor, y mucho:
tú ya lo sabes,
y por eso conoces el camino
y constatas que no podemos fracasar.

De hacerlo no habrá peor penitencia
que el haber perdido lo más valioso,
después de haber tenido la fortuna
de hallarlo por esa casualidad
que decimos que no existe.

Así, pues, pon orden y diseña ese porvenir
que compartiremos
como una especie de milagro
que haremos cotidiano.

Como te digo, es una necesidad:
me muevo más allá de la esperanza.
Anda, dibuja ya ese plan,
que la vida no debe esperar.

Juan T.

jueves, 20 de noviembre de 2014

No compliquemos

Dispongamos de todo el amor posible con unas reglas que han de ser de oro y con unas normas que nos coloquen donde el sentido de las cosas nos permite aplaudirnos.

Construyamos la realidad que es un anhelo cumplido con formas de constitución fuerte. Nos nombraremos.

Los conceptos han de ser claros. Nos ubicaremos en el lugar correspondiente con unas vertientes que han de darnos un poco más.

La vida es un cúmulo de circunstancias que hemos de convertir en buenas. Podemos hacerlo, y debemos.

Las costumbres han de ser en positivo, para el bien común. Los colectivos crecen desde la concordia y la consideración de todos. No compliquemos más de la cuenta.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Ahora sumamos

Marcamos con razones lo que deseamos defender. Nos involucramos. Nos anochece, pero lo aprovechamos. Hemos sido. Volveremos.

Retornamos con consejos sabios. Nos frenamos, pero regresamos. Nos sugerimos. Nos apreciamos. Hemos sido siempre.

Mucho llega. Nos reproducimos. Nos damos lo primero. Es. Nos expresamos con rotundidad. Nos preocupamos.

Hemos dado la intuición. Nos intervenimos. Nos hemos dado pie a hablar con propiedad. Nos accedemos. Nos interpretamos.

Nos vamos a decir mucho. Nos hemos creído. Hemos sido. Siempre ha sido así. La presencia es sugerente. Nos apalabramos. Hemos pasado. Ahora sumamos. 


Juan TOMÁS FRUTOS. 

Soñemos juntos

Eres la causa primera,
la principal,
el destino de un tren
que viaja tranquilo.

Nos soñamos
con reglas de oro
que nos previenen
e indican hacia dónde marchar.

Mantenemos las voluntades
con una receta
que nos preña de oportunidades,
que tenemos con amor.
Damos las gracias.

Lo tenue nos transforma,
y somos en lo conocido
y en lo ignoto también.

Tenemos mucho recorrido,
y nos sabemos salvados
en un sueño maravilloso
que coloca los hitos
en los que hemos de emplazar nombres,
el tuyo y el mío.

Sueña otra vez.
Soñemos juntos.

Juan T.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Sentir de verdad

Me ofreces amor,
y amor te doy,
multiplicado hasta dar
con los sones más maravillosos,
que entonan bien
por ti, y lo sé.

Nos regulamos
el deseo con más causas
que nos conducen
por recuerdos que se ubican
donde deben,
con bondad y gratitud,
creciendo con garbo,
con razones, sin ellas.

Ofertas dicha,
y te expreso mi reconocimiento
por la hermosura que trasladas,
que es mucha y buena.

Es una suerte
poder referir lo que escribo,
y, sobre todo, sentirlo de verdad.

Juan T.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Valor

Dime que podrás.

...

Nos reservamos para lo mejor.

...

Vamos a sernos.

...

Nos defendemos.

...

Vamos a dejarnos llevar.

...

Sonríe. Puedes.

...

Vamos a tener valor.

Juan T.

LOS CUENTOS Y SU FINAL

Las cifras son horrendas, se mire por donde se mire. El análisis relatado es terrible. Cada año, subrayan anuarios e informes, mueren diez millones de niños en todo el mundo por causas evitables: por enfermedades que tienen cura posible, por hambre, por las guerras, por los malos tratos, por todo tipo de violencias, por dejadez... Lo corrobora una institución que sabe mucho de cuanto refiere: UNICEF. Y, claro, me quedo helado, perplejo, sin ánimo, como alguien que no entiende nada. Efectivamente: no acierto a comprender lo que pasa ni por qué sucede.

Quizá estoy de acuerdo con Charles Péguy, quien afirmaba: "La fe que más me gusta es la esperanza". Pero, ante lo indicado, me pregunto: "¿hay esperanza, compañeros/as?". Este clima de pesadumbre interior y de desconsuelo provocado por situaciones como ésta (hay más datos irrefutables de dolor, de guerra, de hastío, de apatía, de soledad, de desgracias puras y duras...) me abandona en un puro trastorno. ¿Qué será de nosotros? Sobre todo, ¿qué será de nosotros por no querer evitar este genocidio, esta locura tremendista y surrealista?

El camino no es fácil, pero está transparente. Se divisa con nitidez. La paz y la justicia, también la justicia, es el camino. No hay otro. Sin embargo, parece tan difícil de emprender y de realizar cada jornada. Andamos tan "abobados" con nuestras cosas que no nos importan las de los demás. Sin duda, debemos caer en la cuenta de que todos formamos parte del mismo "ente".

No olvidemos que, cuando ocurre una desgracia, una gran catástrofe, ésta nos alcanza antes o después de manera inexorable. Es preciso descubrir, re-descubrir, fomentar la libertad, la fraternidad, la dignidad de todos y cada uno de los habitantes de este planeta nuestro. No hay excepciones: no debe haberlas. De lo contrario, mañana nosotros podremos ser una más. Hay que mudar la piel y el espíritu y cambiar de mentalidad y de acciones.

Cuesta, indudablemente, mucho esfuerzo el mejorar hacia un talante más optimista y positivo, con lo/la que está cayendo. Confío con Salvador Pániker en que "la familia, el calor del hogar y todo eso vuelvan a cobrar su prestigio anterior". Con el tacto sosegado del clan, seguramente advertiremos una interesante mudanza y hasta la propia necesidad de que así sea. Si Menéndez Pidal habló de sus "momentos históricos", aquí debemos subrayar la necesidad de otra era, de una mejoría, sin río revuelto. No hace falta citar a Platón, ni a Aristóteles, ni a Descartes, ni a Spinoza, ni a ningún pensador, sea del género que fuere, para darnos cuenta del despropósito en el que vivimos. No hay futuro de este modo.

Malos augurios

Dicen las estadísticas que no habrá árboles dentro de cien años. En paralelo, si las condiciones demográficas consisten en no tener niños en Occidente y en que mueran los del mal llamado Tercer Mundo, haremos un cruel sacrificio que impedirá que esos “seres alegres” se nos acerquen, como diría el Evangelio. Sin medio ambiente y sin retoños no tiene sentido tanto trabajo y tanto desmán. Una locura, como resaltamos.

Les gloso, igualmente, un cuento: Dicen que una pequeña bomba de mano explotó en una fábrica de un país cualquiera. Por efecto dominó, por “simpatía”, por lo que fuere, esta explosión hizo que todo el almacén ardiese. Como no se actuó deprisa, toda la factoría armamentista se fue al garete. En primera instancia, y sin mucha reflexión, el país en cuestión interpretó que se trataba de un ataque de una nación vecina. Actuó inmediatamente y descargó todo su potencial en una especie de rechazo del supuesto ataque. La nación vecina pidió ayuda a sus aliados, que también con un cierto "irraciocinio" intervinieron en el conflicto.

La pugna se fue extendiendo a toda la zona y cada vez hubo más Estados en la lucha. Todos los bloques militares acabaron inmiscuidos en lo que fue una nueva Guerra Mundial. Como no era fácil ganar al opositor, o a los opositores, uno de los bandos recurrió a sus bombas nucleares, a lo cual fue indiscutiblemente respondido.

Todo acabó, todo se destruyó. Sólo, nos dice el cuento, sobrevivieron dos personas, que habitaban en una lejana región de África. Se cuenta que el Gran Dios, al oír el último estruendo, miró hacia la Tierra para ver qué pasaba. Lloró, cuenta el futurible cronista, cuando vio a esos dos seres y exclamó: "Veo a la pareja que coloqué en mi planeta azul, pero ¿dónde está mi Paraíso?"

Sí, ya sé que es un cuento con inquietudes, con mucha pena. El primero de este sombrío escrito, relativo a los menores, es un relato cierto, y se puede evitar. El segundo es una elucubración que, como el lobo, puede venir. El final, aunque parezca difícil, está en nuestras manos.


Juan Tomás Frutos.

En la tranquilidad y en la dicha

Las mañanas de descanso tienen un cierto sabor nostálgico, sobre todo las primeras horas en las que vemos tenues rayos de Sol que nos recuerdan la infancia y la adolescencia.

Me acuerdo mucho de los que están, y, fundamentalmente, de los que se han ido, presentes en las ideas que compartimos.

Antonio y Pedro se fueron este año, entre otros. Eran dos personas enamoradas de la vida, felices a su manera, que cantaba Sinatra. En momentos dulces de la jornada, cuando miramos con cierta distancia a cuanto hacemos, los rememoramos. Fueron un grato ejemplo. Los hay, y lo son frente a los que se comportan como si la existencia no fuera con ellos. Ya lo averiguarán.

En este aquí y ahora nos deleitamos con la dicha que nos regala la tranquilidad, saboreamos un buen café, y a los que queremos y nos quieren les decimos ¡buenos días! Se los deseamos de verdad, de corazón y por siempre.


Juan Tomás Frutos.

jueves, 13 de noviembre de 2014

El puente del amor

Viajamos
hacia ese puente
que nos unirá.

No está lejos,
pero precisamos tiempo,
y calma,
y perspectiva sobre lo relevante.
Demostremos
que nos amamos.

Está ahí,
mas hemos de llegar sin fisuras,
con los suficientes circunloquios
para recordar
lo que nos interesa,
lo que nos conviene.

Es el amor
el que llama a la puerta.
La cita, ese puente,
y hacia allá vamos.

La singladura nos ha de servir
para prepararnos bien.
El cariño ya empieza
a curar las heridas.

Juan T.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Regalemos accesos

Nos hemos de subir a la cima que es voluntad y aprendizaje. Debemos ocasionar las mejores estructuras. Nos hemos de ir cerca y lejos.

Consintamos el abatimiento. Nos debemos llevar lo más hermoso. Procuremos conducirnos con la virtud de ser en la prevención.

No malgastemos los tiempos. Nos hemos de presentir con orientaciones que nos brinden posibilidades de estimar. Nos hemos de ubicar oportunamente.

Describamos cuanto tiene justificación y sentimiento en lo profundo. Generemos ilusión. Brindemos con garbo lo más sencillo.

Prestemos lo idóneo. Comuniquemos lo más deseable. Regalemos accesos. Los ideales se pueden plantear con gracejos convenientes.

Juan TOMÁS FRUTOS.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Lo más importante

Toma la cuchara
de la vida
y endulza tu garganta,
a sorbos,
sacando provecho de cada segundo,
compartiendo la sonrisa
y el bienestar,
y, por qué no, la provocación
desde la emoción intensa
de sabernos en una propiedad ocasional.

Toma el momento más preciado,
cualquier momento, te digo,
un instante anónimo, uno cualquiera,
y procura decirte con hechos
que ese evento no volverá.
No lo vivas con tragedia o desazón,
sino desde su importancia única,
y vuelve la cara a quienes te aman
fomentando en ellos pasión,
conocimiento, brillos,
voluntades y caos incluso
a dosis inagotables,
que puedes, que debes.

Toma tu vida,
lo más preciado que tienes,
e intenta experimentarla
y conocerla sin escrituras,
desde tu libertad,
amando mucho
y fomentando el ser queridos.

Todo es irrepetible,
hasta cuanto nos parece
rutina o igualado.
Por eso es tan relevante
lo que señalo,
porque tú eres original,
lo eres de verdad, 
la que más.

Juan T.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Mi parte

Apareces en primer lugar:
ahora lo veo.
Siempre has estado,
pero ahora lo advierto
con la propiedad de una vida
que se configura libre
si ejerce su derecho a serlo.

Obras el milagro
de hacerme ver
lo que merece la pena,
e inyectas ocasión y razones de ser
en la memoria común.

Estás en la cima
de una montaña mágica
que llamo amor.
No hay otra altura
que me interese:
lo percibo con claridad ahora,
y así me lo hago saber.

Hemos aguardado,
quizá sin saberlo,
el milagro divino,
y reclamamos tiempo y espacio,
puede que hasta el pago,
de grandes intereses vencidos.

Haré mi parte:
cuando quieras y/o decidas,
suscribe la tuya.
¿Sí?

Juan T.

Terminar la ocasión

Buscaremos las palabras en el nuevo día, y nos daremos los consejos que ya surten los efectos deseados. No paremos ante el destino.

En adelante, hemos de sugerir hazañas que nos promuevan para ese fin que es inicio de las cuestiones que consideramos esenciales.

Abundemos en los instantes de las pasiones con las que podremos navegar hacia la señal más singular. Nos debemos al todo.

Persigamos ideales, pero sin quedarnos en lo obvio del destino, que ha de salpicarnos de factores que dispongan sorpresas. Generemos amor.

Nos hemos de volver menos suspicaces. Podemos estar en el punto que interpretamos como crucial. Nos hemos de controlar, pero desde la libertad respetuosa.

Las ocasiones pintan bien. Hemos de terminar el dibujo. Las condiciones son las deseables. ¡Adelante!

Juan TOMÁS FRUTOS.

DESEOS

            Nos movemos entre numerosos deseos. De unos somos conscientes; de otros puede que no tanto. Lo sentimental y lo espiritual caracterizan y destacan lo que somos, al menos en el medio o largo plazo, donde es más complejo fingir. Los caminos del corazón son los que nos abocan a lo más interesante para nuestra paz y felicidad, pues laboran con lo más auténtico. Seamos, por ende, libres. Nos hemos de fijar en una meta cíclica que alimente el bienestar colectivo.

            Sin lugar a dudas, debemos fomentar los fines más loables, los que nos permiten defender los valores solidarios, los que nos hacen construirnos como mejores personas, los que nos atienden desde las ilusiones más positivas. Como la vida es un cúmulo de hábitos debemos apostar firmemente para que las costumbres sean ejemplares; y en todo instante abonemos el afán de que las podamos extender.

            Sabemos por experiencia que hay que prepararse para que ocurran las cosas, pero no hemos de perseguirlas a ultranza, puesto que lo que se ansía fervientemente, en exceso, se distancia. Hemos de ponderar y equilibrar las preferencias y los atractivos por los que laboramos. El camino es el reconocimiento de lo que tenemos, en vez de meditar sobre las carencias. La llave está en la alegría, que hemos de incrementar. Recojamos, siempre que podamos, frutos que aprovechen, que otorguen beneficios.

            Lo constatamos: las emociones se recuerdan más, saben con más intensidad, nos conmueven, nos conducen entre consecuencias cargadas de devoción por el presente y por el futuro sacando partido a los eventos que hemos protagonizado en el pasado.  Los rendimientos son mayores cuando andamos en pos de las dosis que se sustentan en el alma, que hemos de seguir según los consejos de El Principito. El practicismo intuitivo es la base.

            Recuperemos los anhelos de la juventud, los que nos justificaron, los que nos dieron coraje y ganas de salir adelante, los que nos interesaron respecto de lo que merecía la pena. La vida se explica si tenemos jovialidad. Ésta se consigue con honestidad y bondad. Debemos procurar entender el porqué de la existencia, que es finita, que ha de pretender la dicha, que ha de compartir las suficiencias “empatizando” con los entornos y respetándolos.

            No es aconsejable que guardemos lo que llevamos en el interior sin sacarlo afuera de vez en cuando. Vayamos lentamente, pero marchemos. Debemos proteger lo aprendido, pero también utilizar los valores con los que crecemos. Leamos y analicemos la importancia de cada factor. Ubiquemos, en paralelo, cada cuestión en sus fundamentos, en sus convenientes ubicaciones, siempre relativas. Dispongamos vibraciones maravillosas sin consentir una vulnerabilidad gratuita. La cosecha es la suma de labores sucesivas, que hemos de complementar y hasta hacer coincidentes.

Ser feliz

            Traigo a mi mente también aquella película de hace muchos años en los que un ángel de la vida, y creedme que siempre hallamos alguno en nuestro entorno (otra cosa es que los advirtamos), concedía tres peticiones a unos niños excelentes. El último rechazó solicitar un anhelo. Con los años ese infante se dio cuenta, ya hombre, que el deseo reclamado para él es que fuera feliz con lo que tuviera en cada etapa. En el fondo, y en la forma, en eso consiste la dicha: en no pedir más de lo que la existencia nos otorga, aunque luchemos más y más por lo que precisamos en justicia.

            La historia está llena de deseos, de todo género y pelaje, con gustos variados, en función de las ópticas, circunstancias y condicionantes en los que nos movemos, que son plurales como el propio devenir humano. No siempre estamos contentos con lo que obtenemos. Las personas suelen perseguir, por naturaleza, más y más, intentando cosechar lo merecido y aquello que quizá no se gana tanto. Es lógica la pugna por avanzar.

Como reseñamos, es normal que así sea, pero también conviene hacer el esfuerzo para mirar donde  proceda. Hay que llevar cuidado con lo que uno pide, que, a veces, se cumple, y, entonces, no sabemos muy bien qué desarrollar. En todo caso, cuidemos los deseos. Mi elucubración es que éstos también cuiden de ustedes.


Juan TOMÁS FRUTOS. 

SOÑAR CON LIBERTAD

La vida nos hace periódicamente regalos. No siempre los vemos, pero están ahí. A veces los advertimos, pero se quedan atrás, como si no hubieran sido importantes, aunque sí lo fueron. No olvidemos que el factor suerte juega fuertemente, y la visión y el aprovechamiento que hagamos de las ocasiones son de igual manera esenciales para los derroteros que se vayan sucediendo.

Los dones preciados, tras contemplarlos, en cuanto los concebimos, debemos mimarlos, como el propio discurrir, que es irrepetible, único, valioso, un auténtico tesoro. En ese marco de presentes hermosos, excepcionales, se hallan los sentimientos bien llevados, los que albergan magníficas intenciones.

Por eso, cuando alguien te recuerda que has de soñar, debes hacerlo, como cuando niño, como si la historia empezara ahora, sin lastres, sin edades, sin obstáculos, salvo el respeto a las personas y a las reglas del ecosistema. Si, además, te pide que seas libre, en esa elucubración te da la solicitud perfecta. No hay posesión más preciada que la independencia para procurarnos la felicidad.

Así que hoy, otra vez, intentaré hacer caso a este renovado brindis de la existencia. En la naturaleza de las cosas que importan, también os digo que ésta es la jornada emblemática desde la que hemos de permitir partir a esa nave de la dicha que todos llevamos dentro, eso sí, con el afán de la libertad, del talento, y entre esos sueños que, a poco que los abonemos, serán una realidad. ¡Adelante, pues! ¡Buenos días!


Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Nos consolidaremos

Pretendamos la fiesta que anima con la gratitud que nos propone quedar en el punto que nos gusta. Hemos sido en el trayecto de antaño.

Nos agotamos con esfuerzos que nos insisten con unas garantías que han sido en el pasado y que volverán. Nos tomamos con cariño, con necesidad, justo en el punto que nos alimenta con una versión querida.

Hemos quedado en varias cimas ideales que nos consolidan con las palabras más sencillas. Nos damos ese envoltorio que nos requiere para un término que es inicio.

Hemos aceptado las causas con las diversiones que aclaran los anhelos con los que viajamos hacia un mar de sensaciones. Nos poseemos.

Nos hemos de dirigir hacia ese ideal que nos comprometerá con el futuro desde un presente que nos embriagará. Nos consolidaremos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Miradas cómplices

Alimentamos
esos corazones que muestran
lealtad,
y nos felicitamos
en las noches más largas
porque no estamos solos:
lo advertimos,
que es lo importante.

Nos nutrimos
de espacios y tiempos
soñados y reales,
que comparten las opciones
de una vida
que exprimimos con equilibrio
y razones convincentes.

Nos tenemos
cada segundo del día,
y nos preñamos de entusiasmo
para explicar hasta lo que no tiene sentido.

Nos entregamos
a las intenciones y a sus soledades,
y quedamos en el punto
en el que derramar amor
es la constante.

Hemos sido y seremos
con serenidad, en la ventaja
que ya nos eterniza
con besos y abrazos,
y con miradas cómplices a los ojos.
¿Sabes de lo que hablo?

Juan T.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Todo es posible

Hemos de volver con las razones que nos proponen con gustos que nos llevan donde la hermosura es parte del sistema.

Nos conformamos con una continuidad que nos invita a vivir en las noches de la más pura eternidad. Nos buscamos. Las suficiencias se hallan.

Estamos en esos conciertos que nos aclaran lo que debemos realizar en un mundo de complejas caricias que hemos de propulsar entre equilibrios.

Nos debemos a esos universos que entregan lo mejor de sí mismos. Crucemos las calles de las sensaciones que apuestan por los regresos más eternos.

Persigamos la transparencia, las ayudas comunes y las ruedas hacia la bondad sempiterna, que es garantía de un futuro en justicia. Nos hemos de halagar con una comunicación real. Desde la intención leal todo es posible.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

El amor se ve

El amor,
si es verdadero,
nos lleva
por misiones
que hacen la vida
posible, única,
real, dulce.

El deseo,
si es, si nos representa,
nos expone
a los conocimientos
y al aprendizaje
más grato, con la verdad
como bandera descollante.

La vida,
si se exprime,
nos subraya los motivos
con los que nos moveremos
entre indicaciones de salubridades
serenas y comprometidas
con la felicidad,
que es indicativa
de si aquello que anhelamos está
en su punto,
de si las pretensiones marchan
de manera adecuada.

El amor,
si es genuino, se conoce,
se admite, se ve.

Juan T.

martes, 4 de noviembre de 2014

Dudas y conocimientos

Nos hemos de mirar con sensaciones que nos han de eternizar con recuerdos que nos deben dar lo mucho y lo poco.

Hemos de alentarnos con reformas que son. Nos hemos de mostrar con resistencias que nos debieran otorgar la felicidad con dedicatorias que son en la dicha.

Nos debemos poner las prendas que nos aclaran los conceptos con los que nos miramos de corazón. Hemos de brindarnos todo.

Más es en la noche que nos define lo mejor de cada jornada. Hemos asegurado los procesos con calma. Nos enseñamos a contemplarnos con caricias.

Hemos hallado el todo. Nos llamamos la atención con reformas y salubridades que nos quitan las dudas y nos proponen conocimientos. Progresamos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Oportunidad de aprender

Debemos dibujar sonrisas y compartirlas con los amores más hermosos, con los que nos permiten viajar hasta la comisura de los labios.

Nos subrayamos una empatía que nos debe dar la parte proporcional de una condición que nos hará infalibles.

Corrijamos los aires de juventudes con las que debemos abordar las caricias de siempre. Nos hemos de congratular.

Pidamos los empeños que son ligeras docencias en un instante que consideramos único. No quedemos en palabras huecas. Singularicemos.

Nos hemos de procurar canciones de amor que nos podrán eternizar. Demos las gracias cada día, todas las jornadas, pues en verdad siempre son una oportunidad de aprender y de impregnarnos de sensibilidad.

Juan TOMÁS FRUTOS.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Llegaremos

Me calculas y te soy con los sueños que previenen lo más sagrado. Nos hemos de demorar para ser en la noche más auténtica.

Nos suponemos con gratitudes. No vamos a detenernos. Nos alcanzamos con lo mismo, con cuanto es fundamental, con los regresos a las eternidades que nos previenen.

No vamos a evitarnos tampoco. Lo que fue vuelve con los negocios que guiñan los ojos con diferencias que reconciliamos. Es una ardua tarea, pero necesaria.

Nos normalizamos con voluntades de amor. Nos brindamos el aire suficiente. Eres especial. Nos sentamos para vernos.

Podemos en ese todo que alimenta. Nos falta un poco, pero llegaremos: lo sabemos. Nos ubicamos como y donde debemos. La gracia nos aguarda.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Fuente de vida

Te advierto
con invitaciones que son,
que siguen,
que están en su montaña ideal,
que preparamos
con participaciones no exigentes.

Nos respetamos
con tonos que establecen
la creación de más amor.

Nos decimos
que los deberes vienen
sin precisiones extrañas.
Todo lo relevante
ha de ser natural.

Nos iremos contando
los motivos
con más cariño,
con ese que es respuesta
a lo que fue y volverá
con esfuerzo y sosiego.

Eres mi objetivo número uno,
mi estrategia sin serlo,
mi oasis en el fin máximo,
mi voluntad compartida,
mi justificación, mi explicación,
mi devoción, mi atractivo,
la tradición y lo moderno,
la garra para proseguir,
la misma fuente de la vida,
que todo lo otorga,

Eso eres:
la fuente de mi existir.
Lo advierto.

Juan T.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Estados

            La vida es un estado de ánimo. El enfoque de las circunstancias existenciales definen muy mucho los resultados que debemos asumir. Unos días estamos mejor, otros peor, en ocasiones no aparecemos, y en otras andamos buscando lo que ni siquiera sabemos o interpretamos.  Lo importante es seguir, demostrar que estamos en ese dinamismo que explica algunos sentidos y sentimientos. Hemos de cavilar con cierta recurrencia sobre lo que hacemos y demostrarnos que sabemos estar en el universo en el tono y en la forma. La coherencia por estos lares se tercia obligada.

            Como máxima (puede que hasta como consejo), debemos cuajar cada jornada con la suficiente entrega para que la faena sea loable, y no inhóspita. Hemos de buscar los frutos de la cosecha cotidiana sin tropiezos abruptos, sin luchas dislocadas y ofuscadas. Debemos abordar con naturalidad las condiciones y condicionantes de lo que nos sucede.

            Sabemos, porque es verdad, que estamos bien cuando decidimos estarlo. El creer, el poner la voluntad es la mitad del camino, que nos diría El Quijote, contribuye a una maravillosa meta. Incluso en trances complicados la postura que sostengamos ayuda o entorpece para salir adelante o retroceder, esto es, para mejorar o empeorar, según los casos. El ojo del cristal determina la perspectiva y, asimismo, los posibles beneficios.

            Somos las circunstancias que interiorizamos, que nos acompañan, que nos definen con la misma actitud que desarrollamos o dejamos estancada. Las peculiaridades se muestran en todo cuanto realizamos. Las huellas son el itinerario, recordando a Machado, pero sin más pretensiones, como nos evocaba con su magistral hacer el poeta andaluz. Hemos de inmiscuirnos, por lo tanto, en las razones que nos liberan, en las que nos abocan a unos sentimientos que nos permiten resolver controversias, dudas o conflictos.

            Estados hay para todos los gustos: los experimentamos, o debemos, con intensidad, y de todos ellos aprendemos desde la fe en lo que ha de venir o surgir. Es bueno que, sin prisa y sin pausa, les demos fuerza y nos hagamos a imagen y semejanza de lo equilibrado y embriagadoramente sensible, intentando que la estampa conseguida sea la de la felicidad, la propia y la de los demás. En nuestro devenir hay confianza, cercanía, intereses, pro-actividad, distingos, pasatiempos, regresos, olvidos, reformas, voluntades, entendimientos y aprendizajes, traslados, creencias… Definen capacidades y exponen señales de virtudes distinguibles, que hemos de fomentar.

Mirar con esperanza

            La postura es fundamental, como lo es la cara que le ponemos a cuanto nos acontece. Lo es siempre. Es normal. La serenidad, la convicción, la esperanza, el mirar al mañana con entusiasmo, nos sana y nos salva. Podemos hacer mucho desde una vocación positiva de nuestro interior. Por ende, busquemos y demos con los matices que nos pueden permitir mantenernos en el punto donde la visión es óptima y, en consecuencia, también lo son sus derivaciones.

            El mejor modo de afrontar la historia es pensar que nos irá bien. Incluso lo que no se produce como queremos puede que sea, en el medio o largo plazo, para una ingente dicha. Es cuestión de tener tranquilidad y prudencia en las apreciaciones, de ser tolerantes con nosotros mismos y con los demás, de tener firmeza en lo que ha de venir. Como pueden comprobar, todas esas miradas o contemplaciones vitales son consecuencia de un estado de ánimo preliminar. No olvidemos que lo que se planta se recoge. Y tanto.


Juan TOMÁS FRUTOS.

Abrimos la puerta

Nos implicamos
con el amor en lo singular
y en lo extenso,
procurando avanzar
hacia la emoción misma.

Nos levantamos
y creemos en el presente
que es futuro
con símbolos reales.

Damos con la mejor plegaria
en forma de actuación
y nos importamos
con hechos que recurren
a cuanto ha sido atractivo y fantástico.

El amor toca a nuestra puerta,
y la abrimos de par en par.
¡Qué pase!

Juan T.

UN DÍA IRREPETIBLE

Miras de lejos, intentando ver lo que sucede. Todo anda un poco alterado. Los deseos no siempre se cumplen. A veces rozan lo elucubrado, y en otras caen. Mi impresión es que nada ocurre en balde. Todo nos mejora si queremos que sea así. Nos hacemos libres, si apostamos por serlo, si pugnamos por un cambio de paradigma.

El desafío es diario, constante. No sé si es bueno o malo: es así. Lo importante es que lo superemos, que le ganemos la partida a cada novedad, a cada reto, a cada vicisitud, aunque sea pequeña, aunque vayamos poco a poco. No hay prisa: la paciencia, como la tolerancia, son bases que brindan porvenir.

Empieza, casi sin darnos cuenta, un nuevo día, y hemos de apreciar en él que es irrepetible. Lo debemos querer y defender como tal. Hay una oportunidad aguardando en cualquier resquicio. Hemos de estar pendientes y preparados por si llega la inspiración. Seguro que todo irá bien. Creer es poder. Por cierto, lo que decimos no vale únicamente para hoy. Mañana, igual o mejor.


Juan TOMÁS FRUTOS.