Nos provocamos
sin rescate ni resistencia,
porque queremos ser
en la voluntad de una relación
que rompa barreras
y haga posible lo imposible.
Nos inundaremos
de las promesas cumplidas,
de milagros que nos darán el valor
de los recuerdos en una eterna juventud.
Seremos relevantes.
Nos desnudaremos
en pos de la paz que nos reclamará
equilibrio y felicidad.
El don de conocer
lo explotaremos poco a poco,
juntos, en la aventura de ser nosotros mismos.
Nos provocamos ya
con elegancia y determinación.
La visita quitará lo oculto.
Juan Tomás Frutos.
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