La voluntad se
presenta herida por mil costados y por ninguno. Somos en el trayecto que nos
aclara qué podemos realizar. Nos preparamos con valentía. Debe ser el momento,
el sitio, la hora, todo.
Nos convencemos
de los buenos propósitos con esos aires que nos endulzan a la espera de un
milagro y medio. La existencia se presenta completa cuando menos lo aguardamos.
La lucha ha de ser pacífica.
Nos hemos de
alimentar con trigos blandos que nos deben procurar el máximo recorrido. Hemos
tallado los elementos que no configuraban lo soñado, y ahora sí está todo
listo, tras la briega. Nos detendremos para ver lo que sucede, y analizarlo,
claro.
La clarividencia
del momento es palpable. Tocamos fondo y forma y somos en la trayectoria que
nos invita a seguir con fuerza y dinamismo. Hemos podido con todo, con más, si
lo hubiera, y nos abalanzamos ya con referencias y recuerdos que nos hacen
experimentar lo cercano a lo óptimo. Aprendemos.
Destacas con
entereza el camino por el que nos movernos. Adecuas con flexibilidad la mejor
intención, y la haces factible. Hemos tenido suerte de conocerte, de saber de
ti, de poderte llevar a nuestro lado por un trecho que nos permite soslayar el
umbral que antes nos rompía.
Te doy las
gracias por una energía que no habría experimentado de no haberte encontrado.
Lo que toca ahora es aprovechar la ocasión. Por eso las vidas son distintas,
porque en la libertad de cada uno las circunstancias se trastocan.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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