Nos
avisamos para estar donde la memoria nos conduce con reglas de oro que nos
pueden preparar para estar donde queremos.
Nos
alimentamos con una noria de complacencias que nos ponen donde todo es. Nos
hemos enseñado a emplazarnos estupendamente.
Nos
gozamos. Hemos sido en la bondad misma. Nos amarramos a las sensaciones que nos
producen mejorías y cambios.
Nos hemos
propuesto estar donde la vida tiene un poco de sentido. Nos debemos propiciar
la mejor memoria. Nos tenemos con una sonrisa nueva. Hemos hallado capacidades.
Nos
consideramos con mansedumbres que nos imprimen caracteres nuevos, flamantes, de
esos que nos construyen desde el futuro.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
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