Nos inspiramos
en
este mar que calienta
los
deseos
y
nos repone
con
garantías que dedican
la
parte que fue más maravillosa.
Nos
sentimos
el
uno en el otro
con
explicaciones
que
acaban en un beso
y en
algo más.
Es el azar,
que nos ayuda.
Nos
replicamos
para
mejorar lo conveniente.
Apartamos
con las circunstancias
lo
que no nos mantiene vivos,
y conservamos únicamente lo óptimo.
Cuesta
poco y mucho lo determinante,
según la postura,
con
estrellas que alumbran
los
pasos que daremos juntos.
Hay contento.
Descubramos el cimiento.
No
aceptemos el fracaso,
aunque
algunos lo perciban
o
quieran verlo así.
No
hay caída,
porque
tú y yo sabemos
que
existe amor,
y
con él nos apoyaremos
para
que todo lo hagamos
en
la felicidad misma.
Nos
sentimos,
y
llegamos donde debemos.
Puede
que más allá.
Tomemos aire
y vayamos hacia delante.
Juan Tomás Frutos.
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