Nos
postulamos en una medida que viaja hacia la novedad máxima. Somos en la noche
de lo que soñamos. No hay, pero habrá.
Hemos consolidado espacios en los que nos
subimos al trono de la emoción misma, que nos corrobora con paciencias y
dichas.
Seguimos hacia el mismo mar. Nos quedamos con la
ilusión de estar, de expresar, de compartir, de llegar donde queremos.
Hemos empeñado algunas ansias para establecer el
paso que nos permitió viajar hacia la premisa que es entusiasmo.
Nos preparamos para acercarnos a los pasatiempos
que nos indicarán qué desarrollar cada día. Hay un sí, y puede que algo más.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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