Nos hemos
enseñado a amar, y seguimos. Nos convencemos de los detalles que nos hacen
distinguirnos con las paciencias más orgullosas.
Hemos averiguado qué hacer en cada instante, en
cada destino, con promesas que nos irán alimentando.
Las correcciones nos deben llevar por caminos
que serán garantías en los momentos álgidos. Nos ponemos.
Hemos de avisar. Nos congratulamos. Nos
divertimos. Hemos de sonreír en el futuro. Los medios se hacen enteros.
Traspasamos las emociones y nos sinceramos en
las primeras y últimas vueltas. Nos querremos. Sabemos que hay.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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